miedo

hoy llegamos al colegio con tiempo, casi siempre somos la última ruta en llegar, me sentía feliz por eso, de repente llega desde el whats del coordinador el mensaje de voz de una mamá que me ha tenido pensativa todo el día, como me hacen pensar los seguros y como pagarlos, las letras, la idea de demandar a la empresa y sus representantes por la manera como han hecho las cosas todo este tiempo, tantos temas y yo resolviendo un día a la vez. 

segunda oportunidad

De nuevo se ha ido Laura Alcira por su cuenta, con don Luis y su hijo Oscar, manejará el sobrino, en una estirpe de conductores y una red de conocidos que va haciendo funcionar las cosas, que va dándole cara al deseo de ofrecer una oportunidad, de tener una nueva oportunidad yo misma. 

Quedó por fin bien mandada la póliza de cumplimiento y me estoy prometiendo ser mas humilde y hacer las cosas cada día mejor, mientras trabaje para el estado y sepa como hacer para que las cosas crezcan y sean como soñadas. 

Buena fe al nuevo laburo, al arrendamiento, al crecimiento de las ventas de malca, a todo lo que me vibra como la tierra y su uso. 

de haberme dado cuenta que este post nunca se publicó habría quedado pre al anterior. en todo caso son cortos, así que se entiende.

La tercera es la vencida o no hay quinto malo

Faltan 35 minutos para que me pare del escritorio y vaya a pagar las deudas manejando la ruta del Santa Clara, han pasado 5 años desde que dejé al primo de juan en casa... esta tarde llevo a los del Santa Clara, ya no me tiemblan las piernas, soy la señora de la ruta.

Luego de la faltoneada de O, hice el trato con L de rentar mi carro, como le iba tan bien, decidió comprarlo y luego de 25 cuotas, las cosas empezaron a ir por mal camino, por falta de seguridad social, dejó perder la tarjeta de operación y costó dios y ayuda recuperarla...

Me tocó volverme a sentar, detrás del volante de Laura Alcira 5 años después, suena el despertador a las 3:30 y luego de bañarme voy por la moni y a por los niños, ahora el cole es cerca a casa, lo que me ha permitido estar más tranquila y hacer cosas que antes, no podía.

No escribo con el juicio de la pandemia, aunque he vuelto a los blogs, me sonrío, la lampara sigue sobre la mesa.