Estoy echada en el sofá de la sala, veo por la ventana las nubes y acabo de hablar con mi amigo el parce, que camina entre la neblina de la finca de su madre. La mía se ha alquilado una en Subachoque, para pasar los días que por lejos ha dejado de pasar en Turmeque.
Yo quería ir esta semana, a dejar el monster y ver cómo van las cosas, que en tiempos de visita familiar tiene sus ya conocidas vacaciones mi piernipeluda y algo he de hacer por procurarle bienestar en la tierra del tejo.
Ayer han venido las chicas gorrudas y han dejado a Petronila en mejor estado, pues me pasé sábado y domingo intentando mejorarla sin éxito, hemos hablado de mis planes como granjera y he contratado a una de ellas para que en la tarde remplace a la profe.
Pasa la vida en su suceder cotidiano y pienso en lo mucho que se cambia con las acciones, en lo mucho que el tiempo y la distancia maduran los sentimientos, en lo mucho que deseo dejar atrás el pasado y construirme un futuro mejor y más lustroso.
Ahora ando en mood de organizar lo que he dado en llamar sociedad constructora de ciudadanía plena, un espacio de reflexión, concertación y acción sobre el alcanzar la paridad ciudadana y me emociona, me emociona que la vena siga intacta aunque haya habido infiltración.
Hora de prender la luz y levantarme.
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